“El único acuerdo que detendrá a Irán es aquel que incluya la eliminación física de su capacidad de enriquecer uranio. Todo lo demás es una ilusión peligrosa”, señaló el mandatario israelí, subrayando que su país no permitirá que Teherán avance en su carrera nuclear, a la que calificó como una amenaza directa a la existencia de Israel y la estabilidad de Medio Oriente.
Las declaraciones se producen en un momento de creciente tensión, mientras potencias occidentales —incluidos Estados Unidos y países europeos— continúan dialogando con el gobierno iraní para reactivar un posible acuerdo similar al alcanzado en 2015. Netanyahu, firme opositor de dicho pacto desde sus inicios, sostiene que Irán ha utilizado estos periodos de negociación para ganar tiempo y avanzar en secreto en su programa atómico.
“Israel se reserva el derecho a actuar, con o sin acuerdo, para proteger a su pueblo”, advirtió Netanyahu, quien también hizo un llamado a la comunidad internacional a no repetir “los errores del pasado” y a tomar en serio las amenazas del régimen iraní, al que acusó de financiar el terrorismo y desestabilizar la región a través de grupos como Hezbolá y los hutíes.
Funcionarios iraníes no tardaron en responder, calificando los comentarios de Netanyahu como una “provocación” y reiterando que su programa nuclear tiene fines pacíficos. Sin embargo, informes recientes de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) han confirmado que Irán sigue acumulando uranio enriquecido a niveles cercanos a los necesarios para fabricar armas nucleares.
Analistas internacionales advierten que las palabras de Netanyahu podrían marcar el tono de una escalada militar si las negociaciones fracasan o si se percibe una amenaza inminente. Mientras tanto, la región observa con preocupación el deterioro de las relaciones entre Israel e Irán, que parece alejar cada vez más la posibilidad de una resolución pacífica.