Organizaciones cristianas en Siria han alertado sobre el creciente peligro que representa Al Qaeda para las comunidades cristianas en el país. Según líderes locales y activistas, el grupo terrorista ha redoblado sus amenazas y acciones contra creyentes, identificándolos como objetivos prioritarios en áreas controladas por facciones extremistas.
El reciente informe de una coalición de iglesias en Siria detalla que los militantes vinculados a Al Qaeda han intensificado sus ataques contra templos, secuestros de líderes religiosos y desplazamientos forzados de familias cristianas. En algunas regiones, los cristianos enfrentan un ultimátum: abandonar su fe, pagar un impuesto religioso conocido como jizya o enfrentar represalias violentas.
La situación es especialmente crítica en el norte de Siria, donde las facciones extremistas tienen mayor control. En ciudades como Idlib, comunidades cristianas que alguna vez prosperaron han sido casi completamente desmanteladas debido a la persecución y el temor constante.
“Estamos viviendo bajo una amenaza constante. Al Qaeda no solo nos ve como enemigos, sino como símbolos que quieren destruir para imponer su ideología”, afirmó un líder cristiano que pidió mantenerse en el anonimato por razones de seguridad.
Las organizaciones cristianas también han pedido ayuda internacional para garantizar la seguridad y la libertad religiosa en Siria. Sin embargo, la atención global al conflicto ha disminuido en los últimos años, dejando a las minorías religiosas en una posición cada vez más vulnerable.
En respuesta, algunos gobiernos occidentales y organizaciones humanitarias han condenado las acciones de Al Qaeda y han llamado a proteger a las comunidades vulnerables en Siria. Sin embargo, la falta de estabilidad en la región dificulta las operaciones de rescate y asistencia.
La comunidad cristiana internacional ha sido convocada a orar por los creyentes en Siria, mientras grupos humanitarios trabajan para proporcionar refugio y apoyo a los afectados. Líderes eclesiásticos también insisten en la necesidad de una solución política al conflicto sirio que garantice la protección de todas las minorías religiosas en el país.
La escalada de amenazas subraya el complejo panorama que enfrentan los cristianos en Oriente Medio, donde la fe se ha convertido en un factor de riesgo en medio de guerras prolongadas y extremismo religioso.