El maestro, cuya identidad no ha sido revelada por motivos de seguridad, provenía de una familia de origen musulmán. Según reportes locales, sus hermanos comenzaron a hostigarlo cuando él decidió seguir a Cristo y compartir su fe con los demás. La situación escaló cuando fue confrontado para que regresara al islam, pero él se mantuvo firme. "Mi salvación está en Cristo y no puedo negar lo que Él ha hecho en mi vida", habría declarado en sus últimos momentos.
En un ataque premeditado, sus hermanos lo golpearon hasta dejarlo sin vida, provocando consternación en la comunidad cristiana local. Los líderes religiosos en la región han pedido oración por la familia del maestro y por los cristianos perseguidos, destacando la valentía de quienes, como él, permanecen firmes en su fe a pesar de las amenazas.
Este incidente resalta la necesidad de proteger los derechos de los creyentes y promover la libertad religiosa en lugares donde las tensiones entre diferentes confesiones continúan cobrando vidas.
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