Kobi Ben Ami comienza el día muy temprano en el taller del Kibutz Be’eri, donde trabaja como mecánico. La rutina lo ha mantenido activo en el último año.
“Ya no sé qué es más difícil para mí, el anhelo o el miedo de que algo le pase a mi hermano, Dios no lo quiera. Cualquier cosa puede pasar en cualquier momento”, dice en una entrevista con Haaretz.
Kobi tendría que haber viajado a Estados Unidos en una delegación con las hijas de Ohad y su esposa, Raz, quien fue liberada en el acuerdo con Hamás hace casi un año, pero se quedó porque su nieto acaba de nacer. Kobi describe la celebración de la circuncisión como el día más difícil de su vida desde el 7 de octubre de 2023.
“Solo tengo un hermano, mi hermano mayor. Me senté en la silla como padrino y coloqué la foto de mi hermano, secuestrado y llevado a Gaza, a mi lado. Es algo inconcebible. Él debía estar a mi lado en este momento, apoyarme y estar conmigo, y no está conmigo”, expresó.
La familia no ha recibido señales de vida de Ohad desde los videos de su secuestro. Kobi dice que ningún representante del gobierno les ha informado y se enteran por los medios que no hay negociaciones ni debates en el gabinete sobre el tema. “Ya no importa. No queremos una señal de vida. Lo queremos aquí”, enfatizó.
“Sabemos en qué condiciones se encuentran. Sabemos que no pueden sobrevivir otro invierno allí. Sabemos que los maltratan, los matan de hambre y hacen todo tipo de cosas peores que se le pueden hacer a una persona. Y el gobierno aquí no hace nada, Nada”.
“Todo depende del Primer Ministro y todo acaba con él. Si quiere un acuerdo, lo habrá mañana. El problema es que no quiere, independientemente de quién sea el Ministro de Defensa o el Ministro de Asuntos Exteriores. Solo él decide”, aseveró Kobi.
“Es inaceptable que en un país avanzado un niño, un bebé, una mujer o un anciano estén en cautiverio durante más de 400 días, y el mundo sigue su curso. Todo está bien, todo está bien, el Ministro de Defensa es reemplazado, hay otros asuntos como ley de alistamiento… y ellos están allí, en Gaza“, dice.
Su madre, de 80 años, está enferma y “está en diálisis. Nunca imaginó que su hijo estaría en cautiverio en sus últimos día. Realmente espero que regrese y la vea con vida. Su condición mental y física se deteriora día con día”.
Fuente: ©EnlaceJudío