Un destacado pastor ha realizado un enérgico llamado a las iglesias y líderes cristianos para que se opongan a lo que él describe como una "revolución sexual" que amenaza los valores tradicionales. Durante un reciente sermón, enfatizó la necesidad de una respuesta unificada por parte de la comunidad cristiana ante lo que considera una erosión de la moralidad y de los principios familiares.

El pastor argumentó que la promoción de la diversidad sexual y los derechos LGBTQ+ socavan los cimientos de la sociedad y abogó por una defensa activa de la "familia tradicional". Exhortó a los líderes a enseñar y predicar sobre la importancia de adherirse a las enseñanzas bíblicas sobre la sexualidad y el matrimonio.

Su llamado ha suscitado tanto apoyo como críticas. Los seguidores lo ven como una voz firme en defensa de sus creencias, mientras que detractores argumentan que estas posiciones alimentan la discriminación y el odio hacia las personas LGBTQ+. Grupos de derechos civiles han manifestado su preocupación por la posible incitación al rechazo y la violencia.

Este tipo de declaraciones pone de relieve la creciente polarización en torno a cuestiones de sexualidad y género en muchas comunidades, y plantea preguntas sobre el papel de la religión en el debate sobre los derechos humanos. A medida que las discusiones continúan, la comunidad cristiana enfrenta el reto de equilibrar sus convicciones con la necesidad de ser inclusiva y respetuosa hacia todos los individuos.