China: la vigilancia digital a una escala sin precedentes
En China, el gobierno del Partido Comunista ha implementado un sistema de control masivo que combina cámaras de reconocimiento facial, algoritmos de inteligencia artificial (IA) y la recopilación de datos biométricos para vigilar las actividades religiosas, incluidos los cristianos. El objetivo principal de estas tecnologías es rastrear el comportamiento de los ciudadanos y reprimir cualquier tipo de disidencia o práctica que no se alinee con los valores estatales, en especial las creencias religiosas no controladas por el gobierno, como el cristianismo.
El sistema de crédito social también juega un papel importante, ya que asigna puntajes basados en la conducta “socialmente aceptable” de los ciudadanos. Participar en actividades cristianas no autorizadas, como asistir a iglesias clandestinas o compartir material religioso, puede llevar a la disminución del puntaje social, lo que resulta en restricciones para viajar, acceder a servicios básicos o incluso ser arrestado.
La represión contra los cristianos ha aumentado considerablemente en los últimos años. Líderes religiosos han sido arrestados, las iglesias han sido cerradas y el contenido cristiano en línea ha sido censurado. Las autoridades también han recurrido a la IA para identificar reuniones no autorizadas mediante la supervisión de mensajes en aplicaciones de mensajería y redes sociales.
Irán: la persecución religiosa con tecnología
En Irán, la situación no es muy diferente. Aunque el cristianismo en el país es una minoría pequeña, su persecución se ha intensificado con el uso de tecnologías de vigilancia. Las autoridades iraníes, que han adoptado tecnologías de inteligencia artificial y reconocimiento facial, utilizan estas herramientas para monitorear las conversiones al cristianismo, reuniones religiosas secretas y cualquier actividad que se considere una amenaza al islam chií, la religión oficial del estado.
Los cristianos convertidos del islam son especialmente vulnerables. Son seguidos de cerca por las fuerzas de seguridad y se enfrentan a la amenaza de encarcelamiento o tortura por su fe. La IA se emplea para rastrear sus actividades en internet y monitorear comunicaciones electrónicas, lo que ha hecho más difícil para los cristianos practicar su fe en secreto.
Un futuro oscuro para la libertad religiosa
El uso de estas tecnologías por parte de gobiernos represivos plantea serias preocupaciones sobre el futuro de la libertad religiosa en estos países. El experto que advirtió sobre esta situación señaló que estamos presenciando “un escenario orwelliano” donde los derechos básicos, como la libertad de culto, están siendo sistemáticamente violados mediante el uso de herramientas tecnológicas avanzadas.
Organizaciones internacionales de derechos humanos y religiosas han denunciado estos abusos, exigiendo que la comunidad global tome acciones para proteger a los cristianos y otras minorías religiosas que están siendo sometidas a una vigilancia implacable. Sin embargo, los gobiernos de China e Irán parecen decididos a continuar utilizando la tecnología para consolidar su control sobre la población.
La amenaza creciente de la IA en la represión religiosa es un recordatorio de cómo la tecnología, cuando es utilizada por regímenes autoritarios, puede convertirse en un instrumento poderoso para violar los derechos humanos. La lucha por la libertad religiosa en el mundo digital plantea nuevos desafíos que requieren una respuesta global contundente.