En medio de la escalada del conflicto en Gaza, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, reafirmó su postura de no cesar las operaciones militares hasta lograr la eliminación total de Hamás. En una entrevista reciente con The Wall Street Journal, Netanyahu declaró enfáticamente: "No aceptaré poner fin a la guerra antes de eliminar a Hamás", subrayando que esta es una cuestión de seguridad nacional y supervivencia para Israel.
Desde el inicio de las hostilidades tras el ataque masivo de Hamás el pasado 7 de octubre, Israel ha intensificado su ofensiva en la Franja de Gaza. Según informes, más de 10,000 personas han muerto en el territorio, mientras que Israel ha sufrido más de 1,400 bajas. A pesar de las crecientes presiones internacionales para un alto el fuego humanitario, Netanyahu insiste en que cualquier pausa permitiría a Hamás reabastecerse y reorganizarse, prolongando el conflicto.
"No estamos luchando contra los habitantes de Gaza, sino contra una organización terrorista que ha cometido atrocidades inimaginables contra nuestro pueblo", afirmó el mandatario israelí. Netanyahu también destacó que su gobierno está trabajando para minimizar el impacto en los civiles, aunque organizaciones internacionales han denunciado el uso desproporcionado de la fuerza.
Las palabras del primer ministro han generado reacciones diversas a nivel global. Mientras que Estados Unidos y otros aliados clave han respaldado el derecho de Israel a defenderse, también han expresado preocupación por la magnitud de la crisis humanitaria en Gaza. Paralelamente, países de Oriente Medio han intensificado sus críticas hacia Israel, calificando las acciones militares como un castigo colectivo contra los palestinos.
La comunidad internacional se encuentra dividida sobre la resolución del conflicto. Por un lado, se exige la protección de civiles, y por otro, se busca garantizar que Hamás no pueda volver a lanzar ataques similares. Netanyahu, sin embargo, ha dejado claro que su gobierno no hará concesiones en su misión de desmantelar al grupo.
La guerra continúa profundizando una crisis regional con implicaciones globales, mientras miles de personas claman por un cese al fuego y el fin de las hostilidades.
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