En medio de su predicación, Copeland afirmó: "El Señor me ha mostrado que mi tiempo en esta tierra se acerca a su fin. Pero no teman, porque estoy listo para ir al hogar celestial". Sus palabras, cargadas de emotividad, fueron recibidas con una mezcla de asombro, llanto y oraciones fervorosas por parte de los asistentes.
El predicador, conocido por su estilo enérgico y su enfoque en la prosperidad y la fe, enfatizó que su declaración no debía ser motivo de tristeza, sino una invitación a reflexionar sobre la eternidad y la relación personal con Dios. "Cada uno de nosotros tiene un propósito aquí, y cuando ese propósito se cumple, vamos a casa con nuestro Padre. Mi mensaje siempre ha sido preparar sus corazones para ese momento", añadió.
En redes sociales, la declaración de Copeland generó reacciones diversas. Mientras sus seguidores expresaron apoyo y agradecimiento por su ministerio, otros cuestionaron el mensaje, sugiriendo que podría tratarse de una estrategia para llamar la atención.
Hasta el momento, no se ha confirmado si Copeland enfrenta problemas de salud o si esta declaración se basa exclusivamente en una experiencia espiritual. Su equipo ministerial ha asegurado que el televangelista sigue comprometido con sus labores y que continuará predicando mientras tenga la fuerza para hacerlo.
Kenneth Copeland, de 87 años, ha sido una figura central en el movimiento cristiano carismático por más de cinco décadas, acumulando seguidores y críticas por igual. Sus sermones, programas de televisión y publicaciones han tenido un impacto global, pero también han sido objeto de polémicas relacionadas con sus declaraciones y su estilo de vida.
Este inesperado anuncio abre un nuevo capítulo en el legado de Copeland, mientras su congregación y seguidores permanecen atentos a sus próximos mensajes y a la dirección que tomará su ministerio en los días venideros.
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