"Perseguidos en la iglesia, pero firmes en la fe: Nicaragüenses llevan el culto a sus hogares, con la Biblia en mano"

Introducción: En Nicaragua, la creciente persecución religiosa ha llevado a muchos creyentes a adaptar sus prácticas de culto, trasladando sus reuniones y celebraciones a la intimidad de sus hogares. Este fenómeno refleja no solo la necesidad de seguridad física, sino también el profundo compromiso de los nicaragüenses con su fe y su comunidad.

Contexto: En los últimos años, el régimen del presidente Daniel Ortega ha intensificado su represión contra la oposición política y la sociedad civil, incluyendo a las comunidades religiosas. Las iglesias han sido objeto de cierres forzados, restricciones y, en algunos casos, ataques directos. Ante esta situación, muchos fieles han optado por el culto doméstico como una forma de resistencia y protección.

Desarrollo: Las familias nicaragüenses han comenzado a organizar cultos en sus hogares, creando espacios seguros para la adoración y el estudio de la Biblia. Estas reuniones suelen incluir oraciones, cantos, y lecturas bíblicas, y se convierten en un momento de fortalecimiento espiritual y comunitario. Los creyentes se apoyan mutuamente, compartiendo sus experiencias y testimonios de fe en medio de la adversidad.

Además, el uso de plataformas digitales ha facilitado la conexión entre las comunidades de fe, permitiendo la participación de miembros que, de otro modo, no podrían asistir a las reuniones. Algunos pastores han optado por transmitir servicios en línea, ampliando así su alcance y manteniendo viva la esperanza en tiempos difíciles.

Impacto en la comunidad: Este cambio hacia el culto en casa no solo ha permitido a los nicaragüenses mantener su práctica religiosa, sino que también ha fortalecido los lazos comunitarios. Las familias se unen en la oración, se ayudan mutuamente y crean una red de apoyo que trasciende la persecución. Además, la Biblia se ha convertido en un símbolo de resistencia, recordando a los creyentes que su fe y su derecho a adorar no pueden ser anulados.

Conclusión: La situación en Nicaragua es un recordatorio del costo de la fe en tiempos de represión. Sin embargo, la decisión de llevar el culto a casa subraya la resiliencia de los nicaragüenses y su compromiso inquebrantable con su espiritualidad. A pesar de los desafíos, estos fieles continúan encontrando formas de adorar, mantener viva su fe y esperar un futuro donde la libertad religiosa sea una realidad.