En un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió a Irán sobre las consecuencias de un ataque directo a Israel. Calificó a Hezbolá como “la organización terrorista por excelencia” y subrayó que “no hay lugar en Irán al que no pueda llegar el largo brazo de Israel”.

Netanyahu destacó la importancia de su intervención en medio de múltiples conflictos, subrayando la necesidad de que el mundo reconozca la “agresión de Irán”, que, según él, amenaza a todos los países del Medio Oriente. Afirmó que Israel no permitirá que Irán desarrolle armas nucleares y pidió al Consejo de Seguridad de la ONU que actúe al respecto.

Refiriéndose a la guerra en Gaza, Netanyahu exigió la liberación de los 101 rehenes de Hamás y reiteró que no se detendrá la ofensiva hasta que esto suceda. Además, advirtió sobre el peligro que representa Hezbolá, instando a la comunidad internacional a no permitir que el grupo lleve a Líbano al abismo.

El discurso fue interrumpido por aplausos de la delegación israelí, mientras la delegación iraní se retiraba.